Recuerdo cuando en aquel tiempo me gustabas, te comenzaba a querer y eras esa pequeña sonrisa que aparecía en mi cara. Pero todo cambió, todo incluso yo, dio un vuelco para siempre. Ya no me gustabas, me encantabas. Dejé de tenerte cariño, para quererte y amarte como nunca antes lo había hecho, convirtiéndote en mi único motivo por el que levantarme cada día, ya no eras esa pequeña sonrisa que aparecía distraída en mi rostro, te convertiste en mi eterna felicidad. Pasaste de nada a todo en mi vida, en cuestión de días.
Ahora que eres más importante que el aire que respiro, no veo un futuro sin ti. Ya no soy yo cuando no estás tú, simplemente porque hemos creado un nosotros. Tengo miedo a perderte, a que alguien entre en tu vida y haga que me olvides, alguien que sea mejor que yo y te guste más. Me he convertido en la persona más celosa y egoísta que pisa La Tierra, solo por ti, por no querer perderte, porque tengo miedo. Miedo a no volver a soñar, a volar, a sentir esas mariposas en el estómago, a no sentirme nunca más especial. Y quiero dejar de ser así de celosa, de pensar cosas que me hacen daño a mí misma. Pero por otra parte lo veo imposible, porque cómo decirte que lo eres todo y más, que eres mi vida, y que ya es imposible que deje de amarte, jamás lo dejaré de hacer aunque ya no estemos juntos. Por eso soy tan egoísta, me he aferrado a ti y ya es demasiado tarde para impedírmelo. Perdona, pero te amo y siempre lo haré. Te recordaré hasta el final de mis días porque ya has dejado una huella enorme en mí imposible de tapar.
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