Darle
marcha atrás a las agujas del reloj. Lunes con sabor a 2013, ¿lo recuerdas? Tantas
cosas desde entonces. Cincuenta besos entre semana y veinte de regalo de
viernes a domingo. Sonrisas cada noche bajo el murmullo de un “No te entiendo
cariño” y colgar sabiendo que las palabras sobran. Películas que duraban las
estaciones de nuestro cuerpo, a decir verdad he perdido la cuenta. Noches sin
rumbo, y sin gente. Planes sorpresas que terminaban en los mismos sitios de
siempre. Despedidas y buenos días. Buenos días o despedidas. ¡Qué más da!
Recuerdos imborrables, y otros que no quisiera volver a vivir. Una inmensa
lista que no acaba. Ni acabará nunca. Somos dos locos enamorados, no de
nosotros, sino de la vida, de ellos. Nos resbalamos con la lluvia, pero sobre
todo volamos con el viento. Gracias por hacerme feliz el resto de mi vida. Te
debo como mínimo, una entera.