Me gusta la forma de tus ojos, y
sobretodo cuando cruzas miradas con los míos. Adoro tus labios, frágiles,
delicados, simplemente deliciosos. Muchas veces me los como a mordiscos sin
querer… aunque si te digo la verdad en ocasiones lo hago porque no puedo resistirme
ver tu cara sonrojada. Cada beso que me das sea en la frente para que recuerde
que siempre estarás conmigo o en los labios como señal de que solo me quieres a
mí me llena tanto que solo quiero más. Tu piel, mi abrigo cada noche que hace
que no pase ni un instante de frío. Y como no, tú voz, esa que penetra en mi
oído con un Te Amo que hace que el lugar más escondido de mi cuerpo vibre. Cuando
me acaricias y me dejo llevar esperando el momento en que me desabrochas la
camisa con tus manos, esas que recorren cada parte de mí, que descubren mis
puntos débiles o me secan alguna lágrima. Adoro acostarnos a ver películas de
miedo en la cama y que de me digas: “No te preocupes, estoy aquí”. Aquellos
momentos en los que permanecemos horas abrazados escuchando cada latido de
nuestro corazón, que poco a poco se van uniendo en uno solo. Son tantas cosas
por las que me enamoré de ti, que la lista sería inmensa. Tan solo deseo que
esto se repita para siempre mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario