Aún me pregunto si el amor tiene
límites, si en algún momento ese sentimiento se para y deja de crecer. Recuerdo
a mis abuelos, esos que a pesar de los años se siguen amando como el primer día.
Es cierto que no existe la misma intensidad, incluso hace tiempo que no veo un
beso entre ellos, aunque una cosa no cambia, su mirada. Una mirada llena de
experiencias, momentos inolvidables, problemas y lágrimas, pero sobretodo de
cariño y admiración. Todo esto me hace pensar y creer que si ellos pudieron, yo
también puedo estar toda mi vida con él, queriéndolo cada segundo como si fuera
el último. Muchas veces me siento con ellos, y nos ponemos a hablar de todas
estas cosas. Nos reímos juntos en cada anécdota, sí, porque aunque hayan pasado
los años esos recuerdos siguen presentes. Me sorprende su fuerza cuando me
dicen que su amor donde quiera que estén siempre le pertenecerá al otro, que
por muchas vidas que existan nunca cambiarían nada, o simplemente que su
historia superará cualquier obstáculo, incluso la muerte. Y me planteo… ¿Seré
capaz de dedicarle toda una vida a la misma persona sin que el amor se
desgaste? No lo sé, pero estoy segura de que lo intentaré, yo y él.
El amor no cambia... Cambia la forma de verlo y su manifestación... No hay nada más maravilloso que el abrazo de dos personas mayores o verles caminando tomados de la mano
ResponderEliminar