Entrelazas mis dedos con los tuyos y me llevas. Cierro los ojos y me aferro a tu mano y a tu cuerpo. Me guías y te sigo, pero a cada momento te paras y me besas fugazmente, besos que me dejan descolocado que me dejan con ganas de más. Te sigo, me guías. Oigo tu respiración agitada y el frenesí de tus latidos.
Yo: ¿Falta mucho?
Tú: Tranquilo, ya casi hemos llegado.
Yo: ¿Sabes una cosa?
Tú: ¿Qué?
Yo: Te quiero
Tú: Y yo a ti.
Otro beso, esta vez más prolongado. No importa a donde me lleve, me da igual todo, solo quiero estar con él.
Tú: Hemos llegado.
Poco a poco voy elevando mis párpados y diviso el mar, un mar azul, limpio y puro. A unos metros mas allá distingo un centenar de rosas flotando en la superficie formando un corazón y dentro de él se encuentra un pequeño velero.
Tú: ¿Te gusta?
Yo: Me encanta. (Le abrazo). Juntos subimos al velero y nos adentramos en el profundo mar. Navegamos y navegamos hasta que el sol empieza a ponerse.
Tú: ¿Un baño?
Yo: Claro
Los dos solos, nadando, sumergiéndonos, besándonos y abrazados disfrutamos de la puesta de sol más maravillosa que haya existido. De las oscuras y calidas aguas empezó a emerger una espesa niebla que dificultaba la visión. En ese momento la niebla se apodera de tu rostro y te pierdo. Te busco pero no te veo. Me asusto, te llamo y no contestas.
Tú: No debes preocuparte amor, aunque no me veas no significa que no esté contigo. Siempre voy a estar a tu lado.
Yo: Lo sé. Solo es que Te Quiero demasiado.
Tú: Y yo a ti amor.
Yo: ¿Falta mucho?
Tú: Tranquilo, ya casi hemos llegado.
Yo: ¿Sabes una cosa?
Tú: ¿Qué?
Yo: Te quiero
Tú: Y yo a ti.
Otro beso, esta vez más prolongado. No importa a donde me lleve, me da igual todo, solo quiero estar con él.
Tú: Hemos llegado.
Poco a poco voy elevando mis párpados y diviso el mar, un mar azul, limpio y puro. A unos metros mas allá distingo un centenar de rosas flotando en la superficie formando un corazón y dentro de él se encuentra un pequeño velero.
Tú: ¿Te gusta?
Yo: Me encanta. (Le abrazo). Juntos subimos al velero y nos adentramos en el profundo mar. Navegamos y navegamos hasta que el sol empieza a ponerse.
Tú: ¿Un baño?
Yo: Claro
Los dos solos, nadando, sumergiéndonos, besándonos y abrazados disfrutamos de la puesta de sol más maravillosa que haya existido. De las oscuras y calidas aguas empezó a emerger una espesa niebla que dificultaba la visión. En ese momento la niebla se apodera de tu rostro y te pierdo. Te busco pero no te veo. Me asusto, te llamo y no contestas.
Tú: No debes preocuparte amor, aunque no me veas no significa que no esté contigo. Siempre voy a estar a tu lado.
Yo: Lo sé. Solo es que Te Quiero demasiado.
Tú: Y yo a ti amor.
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