Nos empeñamos en cosas sin
sentido. A depender de alguien, en creer que lo grande y bonito es mejor que lo
pequeño y feo. En pensar que un Ferrari, calmará nuestra impotencia, y nos hará
más felices. ¿Sabes? Lo mejor no es eso. Lo mejor es levantarse, y tener a
alguien al lado que te diga “Buenos días, ¿Qué tal has dormido hoy? No has
parado de dar vueltas”. Lo mejor es ir por la calle, y cruzártelo… y que te
mire, te sonría, y se te ponga esa cara de tonta. Lo mejor es recibir un
mensaje que te alegre el día. Lo mejor es que te llame tu mejor amiga para
salir hoy por la noche, y comeros la ciudad a trocitos. Lo mejor es tener a
alguien que merezca la pena. Las verdades a la cara aunque duelan, y olvidarse
de las mentiras, con mentiroso incluido. Lo mejor es dejarse llevar. El mundo,
la vida, y acciones que hagamos en un momento determinado pondrán a cada
persona en su lugar, a cada nube en su cielo, a cada “rey” en su trono, a cada
perdedor en su banquillo, y a cada payaso en su circo.
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