Todo puede cambiar en cuestión de segundos. Cuando de repente vemos que su sombra no está junto a la nuestra nos planteamos por primera vez lo que significa vivir, todos sus matices y las preguntas que se esconden detrás de esas cinco letras. Tengo miedo, sí, a que esto me pase a mí una mañana y que todo el sentido que había encontrado día tras día se desvanezca como una pluma. Pensar que en algún momento todas esas personas que en este momento se encuentran en mi camino se irán me resulta tan difícil de asimilar que no puedo evitar las lágrimas. Por eso, me arrepiento de no haber dicho todo lo que he sentido, de no haber actuado de la forma más apropiada, de cada Te Quiero no dicho, y sobretodo, del tiempo perdido en tonterías. ¿Lo mejor? Aún estoy a tiempo de cambiar y plantearme las cosas de otra manera. Los fallos cometidos se quedan en eso, errores que poco a poco van haciéndome más fuerte y con más experiencia en este viaje, que puede ser largo o corto, pero lo más importante es que tengo el poder de rectificar y dibujar lo que quiera en él, y eso es lo que haré.
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