Miro cada álbum de fotos que
recoge momentos inolvidables de mi vida. Muchas personas que allí aparecen han
dejado huella en el camino, otras aún lo siguen haciendo. Amigos que se han
convertido en conocidos, y conocidos que ahora son amigos. ¿Acaso tenemos fecha
de caducidad en la vida de otra persona? Al igual que entramos debemos salir cuando
no exista la necesidad de compartir nuestro “Yo” con el otro. Muy pocos son los
que permanecen para siempre. ¿Esos son los de verdad?, ¿amigos de verdad?,
¿pareja de verdad? No, simplemente son los que consiguen no desgastar y
mantener aquello que los une. Todos, sea una persona que tan sólo te saca una
sonrisa o tu madre que está contigo desde que naces, te enseñan lecciones que
son imposibles de aprender por ti mismo. Cierto que a veces duele decir “adiós”
a alguien, pero… ¿por qué no lo
cambiamos por “bienvenido” a esa otra persona que te espera en la siguiente parada? El
mundo gira, y nosotros con él. Sonríe por lo que fue, y más aún por lo que
será. La montaña rusa de la vida tiene bajadas y subidas, pero recuerda, tú
tienes el mando y decides en que dirección y sentido moverte cada día.
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